Con tan solo unos cuantos años de edad, la Dra Viviana Rojas recuerda cuando su máxima figura profesional, su padre también médico, al ser invitado a impartir charlas informativas de Salud en la escuela donde ella acudía, idealiza un deseo al verlo con orgullo al frente de la clase. Pero también idealiza ese deseo al verlo atender emergencias en medio de situaciones cotidianas, seguidas por gestos de agradecimiento y afecto por parte de en aquel tiempo personas desconocidas, en esos momentos nace la imponente idea de un “yo quiero ser como él”. 

La gran admiración surgía de su actuar en pos a la ayuda de la gente que tanto la necesitaba, pero además de su alto nivel de conocimiento médico y facilidad en resolver casos, sabía que en su trato se escondía la clave más importante de esa relación con las personas enfermas: la amabilidad y la bondad. Y al reconocerlo creció con la primicia de convertirse en alguien que de manera integral, se haría cargo del alivio y mejora de la suma de todos los aspectos y virtudes que nos hacen seres humanos, física y emocionalmente. Así que lo hizo.

Inspirada en el amor y respeto a la naturaleza y a los animales, vio en la provincia de Guanacaste un lugar potencial para realizarse como profesional, porque además de contar con hermosos parajes y terapéutico estilo de vida, se caracteriza también por ser una zona con alta necesidad y requerimiento de apoyo, atención y auxilio, mucho más que en zonas más pobladas y desarrolladas del país, acción que la incitó a iniciar una vida lejos de Cartago su provincia natal, para ahora alojarse en las cercanías de la clínica donde convive con su amada y preciada familia, la cual considera su motor. 
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Al hallar la verdadera magia en el arte de curar y ayudar a la comunidad, encontrarán a la “Dra Vivi” siempre a disposición con entusiasmo, entrega y pericia realizando lo que verdaderamente ama, entregar la atención más humana al ser que la necesite.